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Según algunos estudios, el Propanolol (betabloqueante) podría usarse para deshacer la marca que producen los hechos dolorosos. |
Los betabloqueantes, que son utilizados habitualmente en el
control de cuadros de hipertensión, infartos y arritmias cardíacas, también
tendrían una acción importante, tal como la de interferir en el almacenamiento
de memorias dolorosas en la amígdala cerebral.
Esto permitiría extinguir el trauma que se asocia con este tipo de memorias.
Si la droga es administrada a tiempo, en personas que sufren
situaciones que desencadenan estrés
postraumático (por ej.: atentados), se podrían llegar a prevenir ataques de pánico que afectarían
gravemente sus vidas.
El trastorno de estrés postraumático puede presentarse
inmediatamente después de que una persona pasa por un gran trauma o puede demorar unos seis meses
en iniciarse. Cuando su presentación es rápida se suele resolver pasados los 3
meses, pero algunas personas desarrollan una forma más prolongada de la
enfermedad, que puede extenderse por años, atormentando a quienes la padecen.
Los recuerdos dolorosos pueden grabarse a fuego, debido a la
acción del neurotransmisor noradrenalina. Este último actúa sobre dos tipos de
receptores: los alfa y los beta. Por lo tanto, las drogas betabloqueantes, al
unirse al receptor beta, impiden los efectos de la noradrenalina a este nivel,
debilitando así la impresión de la memoria traumática.
En estudios realizados con ratas condicionadas al miedo,
mediante un sonido seguido de un schock eléctrico, se logró que perdieran el
temor, administrándoles el betabloqueante Propanolol.
La buena noticia, es que un grupo de investigadores de Nueva
York ha obtenido los mismos resultados
en humanos, hecho que se dio conocer en
la revista Nature.
Se sabe que una de cada 3 personas víctima de un ataque
terrorista, sufre síntomas tales como ataques de pánico y recuerdos vívidos,
que serán disparados por eventos que puedan asociar a las memorias traumáticas
(una sirena o una explosión de cualquier tipo). Lo que se busca al dar el
fármaco es ir debilitando, paulatinamente, el vínculo entre el recuerdo
doloroso y el miedo desencadenado por el mismo.
Un equipo de la Universidad de Cornell, en un trabajo
realizado por la psiquiatra Margaret Altemus, está buscando unos 60 voluntarios
que presenten síntomas de estrés postraumático, para realizar un ensayo
clínico. Pero les es difícil lograrlo, pues los pacientes no quieren participar
en un experimento, cuando ya existen otras terapias o drogas que se considera
pueden ayudarlos.
Margaret Altemus, MD |
Una de las terapias que tradicionalmente se ofrece a estos
pacientes, consiste en evocar el momento traumático, para luego tratar de
calmar esa memoria dolorosa a través de pensar en experiencias pasadas
placenteras. Pero estas terapias logran el éxito sólo en dos tercios de los
pacientes, por lo que dentro del grupo refractario, podrían finalmente
voluntarios dispuestos a probar el efecto del Propanolol.
Es de esperar que el mismo funcione, pues constituiría una solución muy simple a un problema que cada vez de extiende más dentro de la población
“Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender”
– Marie Curie
El Trovador
Referencias:
- Bernardo M.: Terapéutica electroconvulsiva: aplicación actual. Med Clin (Barc) 1999; 113: 631-634.
- American Psychiatric Association (2002). Diagnostic and statistical
manual of mental disorders (DSM-IV-TR). Washington, D.C.: American
Psychiatric Association.